Es, Kristen Stewart está de acuerdo, igual que enamorarse.
"Es un sentimiento muy familiar y necesario, cuando lees un guión que quieres hacer", dice la actriz, volviendo a la vida sus recuerdos. "He sido visceral, he apartado muchos pensamientos, y he sido muy afortunada".
"Como artista", continua, con su energía creciendo, "Si ves lo
que haces como un producto, nunca harás nada real para tí mismo, nunca
harás nada de lo que estés orgulloso. Nunca he pensado, 'Mi carrera
debería ir en esta dirección'. No hay manera para mí de ser táctica".
Stewart tuvo ese familiar sentimiento cuando leyó el guión del escritor y
guionista Peter Sattler para "Camp X-Ray", que se estrena el viernes
como parte de la Competición de drama del Festival de Cine de Sundance.
Un drama que te envuelve silenciosamente, en parte por unos estudiados
personajes, en parte por la meditación de la naturaleza de la humanidad
compartida, "Camp X-Ray" toma su fuerza por la actuación centrada y
convincente de Stewart como Cole, una joven guardia de la armada en
Guantánamo que conecta con un prisionero interpretado por Payman Maadi,
la estrella de la ganadora de un Oscar iraní "A Separation".
"Han pasado dos años desde que trabajé, pero no fue mi elección tomarme un descanso",
dice la actriz de 23 años, sentada en una sala de conferencias en
Sunset Boulevard unos días antes de que comenzase el festival. "Pero nada me ha dado esa compulsión, nada me ha hecho sentir que estaba hecho para que yo lo hiciese".
Incluso aunque "Camp X-Ray" era una "diminuta película, con un
presupuesto de un millón de dólares, una programación de 5 semanas de
grabación", Stewart contestó a la primera. "El personaje parecía tan completo para mí", dice, "era muy emocional y una perspectiva genuinamente fresca sobre algo actual. Tenía todo lo que busco en un proyecto".
Una vez que Stewart se comprometió, ella estaba metida de lleno, leyendo
extensamente, viendo películas, hablando con gente que la introducía en
la forma de pensar militar. "Desarrollé una historia previa para Cole, conozco a su padre, a su madre, puedo decirte cualquier cosa sobre esa chica", dice. "Es importante que sea una persona real, no una representación".
Stewart también está en busca de lo que ella llama "vínculos,
referencias, pequeños detalles que comuniquen al público, que hagan las
cosas evidentes sin ser manejadas de una manera dura".
Para expresar la incertidumbre de Cole, de hecho, el personaje lleva calcetines altos y sandalias en su día libre, "intentando ser guay pero perdiendo el punto". Incluso es más vívida la manera en la que Cole recoge su larga melena, forzándolo en el moño más imaginablemente preciso.
"Ella coge su pelo largo y lo enrrolla, lo oprime...fuera de él", dice Stewart. "Estos
moños son un reflejo de un soldado, y el de Cole es la perfección. Los
únicos momentos en que ella se siente cómoda es cuando lleva el
uniforme".
Incluso haciendo todo este trabajo, eso no para la ansiedad
pre-producción que es parte de la experiencia de Stewart. Aunque en
persona ella es consciente, vívida y comprometida, la actriz dice que "hay
algo escalofriante sobre firmar un proyecto que se siente ambicioso:
'¿Puedes resistirlo?' es el miedo. No quiero arruinar un guión
brillante. Le doy un aviso a cada director con el que trabajo: haré
cualquier cosa, saltaré de edificios, pero no sé si seré capaz de darte
lo que quieres".
Esa fiereza más allá del fiero compromiso a su papel también puede
manifestarse por sí misma durante la producción. En "Camp X-Ray",
Stewart está procesando lo que pasó durante la grabación de la escena
con un clima emocional entre un guardia y un prisionero. Era una escena
en la que el director Sattler decidió empezar con la cobertura a la
co-ñestrella Maadi, con Stewart interpretando la escena fuera de cámaras
en lugar de al revés, que es lo que la actriz hubiese preferido.
"Soy una actriz freak tan rara que no puedo repetir nada, y Maadi ha
hecho mucho teatro, le gusta hacer una escena una y otra vez", dice. No tener sus primeras reacciones en la cámara "me
puso histérica, al final del día. Me senté en la celda llorando, estaba
acabada. Estaba tan ansiosa por tener esa experiencia. Mirando hacia
atrás ahora, aún me pone loca, quiero pegarme con la cabeza contra la
mesa".
Una actriz de cine independiente establecido antes de que tomase el
papel de Bella Swan, Stewart está aliviada de descubrir que el frenesí
alrededor de la saga "Twilight" está empezando a abatirse.
"Era una locura, alcanzó niveles insanos", dice, aún un poco sin creerlo. "La
gente me preguntaba sobre mantenerlo y yo decía, 'Que todo el mundo se
tome un respiro. Eso no va a pasar'. No hay manera de que nadie quiera
que se mantenga a ese nivel".
Sonriendo y diciendo que su experiencia en "Twilight" "me ha dado una perspectiva única del mundo, esa es la manera positiva en que lo veo",
Stewart se pregunta por qué a veces es díficil para otros darse cuenta
de que era su inconfundible pasión por el trabajo y no un afán por ser
famosa la que le llevó a actuar.
"No es fácil para la gente entender mi incomodidad en el centro de atención, dicen, '¿Por qué te harías actriz si te sientes así?'", dice Stewart. "La gente no sabe qué hacer con esos sentimientos, sienten que eres desagradecida, y eso me mata".
"No puedes estar diciendo 'Estás equivocado conmigo', lo peor es si
suenas remotamente como si te estuvieras quejando. Entonces te
conviertes en una idea equivocada". Todo lo que puedes hacer, Kristen Stewart se da cuenta, es continuar trabajando, y eso es lo que ella ha hecho.
Traducción LaSagaRobsten
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