18 diciembre 2012

Los amores artísticos de Mía Maestro



Si hay algo que se puede notar en Mía Maestro desde el momento en que empieza a hablar es que no se dedica a la actuación para ser reconocida en la calle o para no tener que hacer fila en los restaurantes. Se trata de una verdadera vocación artística que ha corrido por sus venas prácticamente desde que nació. Solo hacen falta ver el concepto que tiene de la moda, que le interesa como una expresión cultural y no para relacionarse con los diseñadores más cotizados, o sus gustos musicales, que van desde genios intemporales fuera de serie, como Leonard Cohen y Radiohead hasta el jazz de Keith Jarrett. Pero lo que la termina de delatar es su gusto por la literatura, sobre todo la del siglo XVIII. Escritores como Tolstoy, Chéjov, Borges y Murakami están en su lista de favoritos, que ella misma acepta es interminable.

Precisamente en este momento está en un proyecto muy alejado de esos gustos, pero que ha disfrutado mucho. Mía está promoviendo la segunda parte de Breaking Dawn, la película con la que concluye la saga de vampiros juveniles Twilight, que ha hechizado a los adolescentes de todo el mundo. La actriz argentina interpreta el papel de Carmen Delani, un vampiro que ya hizo su aparición en la primera parte de la conclusión de la saga. Un papel muy distinto del que la lanzó a la fama en Estados Unidos hace algunos años, el de la detective Nadia Santos en la serie de televisión Alias o del que marcó su debut en el cine en 1998, en la cinta Tango, que fue nominada al Oscar. Pero detrás de la actriz que ha acompañado a Gael García Bernal en The Motorcycle Diaries; a Josh Lucas en Poseidon y a Salma Hayek, su mejor amiga, en varios filmes como Frida o Savages, hay una mujer que está realizando sus sueños y que sabe que lo mejor aún está por venir.



¿Cómo ha sido trabajar en unas películas que tienen tantos fans en el mundo, como las dos partes de Breaking Dawn?

En cuanto a la filmación ha sido como cualquier otra película, pero fue muy interesante trabajar con Bill Condon, ya que es un director que siempre he admirado. Cuando salió Breaking Dawn me di cuenta de que la película tiene un nivel de conexión impresionante entre los fans, los personajes y los libros. La audiencia de Twilight es increíble, muy cariñosa y, de alguna manera, adora a los personajes.

¿Cómo te preparaste para interpretar el personaje de Carmen?

Como cualquier otro papel. Leí los libros y trabajé con el guión, estuve muy cerca del diseñador de vestuario para encontrar la ropa adecuada para este personaje, pero no hubo algo especial para el personaje.


¿Qué piensas de los libros de Twilight?

Es una literatura que, por lo general, no leo, pero fue interesante ver lo que los adolescentes han estado leyendo durante los últimos tres años en todo el mundo. A mí me gustan los clásicos, la literatura rusa e inglesa de los siglos XVIII y XIX; por eso mismo fue atrayente sumergirse en lo que está sucediendo en el mundo cultural adolescente de hoy.

Mía Mestro con Christian Camargo en ‘The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2′

Has trabajado con grandes directores en tu carrera cinematográfica, pero también con muchos independientes. ¿Qué tipo te gusta más?

Con los que están haciendo sus primeras películas, porque es muy bonito trabajar con la energía que hay en esos sets. Participé en la primera cinta de Jonathan Jakubowicz, que es un director venezolano al que quiero muchísimo; la película se llamó Secuestro express. Fue muy especial ser dirigida por alguien que está empezando su carrera.

Tu debut fue con una película nominada al Oscar y de ahí vino tu internacionalización. ¿Qué sucedió para que eso pasara tan rápido?


Tango tuvo nominaciones al Oscar y al Golden Globe, y estuvo en el Festival de Cine de Cannes. Fue una película que vio mucha gente. Inmediatamente después de hacerla me mudé a Los Angeles; eso me ayudó a estar cerca para audiciones y reuniones. Los Angeles es una ciudad maravillosa, porque viene mucha gente de todo el mundo a hacer cine aquí.

Has hecho cine por todas partes. ¿Encuentras alguna diferencia entre la forma de hacer cine en América Latina y el resto de los países?

Por supuesto. Primero, cada película es muy diferente y hay un aspecto en los países de América Latina donde hacerla requiere un gran esfuerzo de autor. Toda la gente que participa en una película lo hace porque ama la historia que está contando y quiere aportar su talento para que el proyecto sea visto. Por eso, cuando uno trabaja en América Latina, como cuando hice Secuestro express o The Motorcycle Diaries, el nivel de atención en los detalles y la energía que el equipo de producción pone son muy diferentes al del grupo que ya ha hecho 10 películas ese año.

Al mismo tiempo, también es maravilloso trabajar en Estados Unidos con grupos de gente que han rodado muchos filmes. Hice un programa durante dos años que se llamó Alias. Para mí fue maravilloso, porque el nivel de los técnicos era fabuloso. Cuando filmé Poseidon, el nivel del equipo de fotografía era algo que nunca había visto. Donde uno esté filmando hay partes positivas y negativas y eso es lo bonito de hacer cine. Cada proyecto es tan diferente, que se convierte en el mundo de uno durante tres o cuatro meses. Luego uno se va a otro lugar y es como si tuvieras amigos y familias en todas partes. A veces eso puede ser muy duro, pero también es muy interesante.

Como actriz, ¿en dónde te sientes más cómoda? ¿En el cine, en el teatro o en la televisión?

Me encanta hacer teatro, pero hace mucho que no lo hago. Este año actué en una película basada en una obra de teatro llamada Some Girl(s), con Adam Brody. Fue muy bonito hacerla, porque era como estar en el teatro y me di cuenta de cuánto lo extraño. Lo que prefiero es estar arriba de un escenario actuando para un auditorio; luego me gusta hacer cine, pero he disfrutado también al filmar para la televisión. Acabo de hacer un par de episodios para la serie White Collar y la pasamos muy bien, pero el teatro y el cine son los que más me gustan.

De Argentina a Hollywood

Quien crea que Mía Maestro es una latina más que tuvo suerte en Hollywood está en un gran error. La actriz argentina se preparó a conciencia desde que era adolescente para poder competir en la meca del cine. En su tierra natal estudió teatro en Buenos Aires y, a los 19 años, emigró a Berlín para tomar clases de entrenamiento vocal. A su regreso a Argentina, debutó en Tango, y fue ahí donde empezó una carrera que, 14 años después, la ha llevado a tra- bajar con grandes directores como Oliver Stone (Savages) o Julie Taymor (Frida).

Su mejor amiga es Salma Hayek, con quien ha trabajado en varias ocasiones. Mía Maestro también es cantante (le abrió una serie de conciertos a la cantante islandesa Björk, en Reikiavik) y tiene otras cualidades que la hacen una mujer sumamente interesante, además de una artista completa.

¿Cuándo quisiste ser actriz?

Desde muy chica siempre quise actuar o cantar. Quería estar arriba de un escenario. Uno de mis primeros recuerdos de la infancia es cantando: tenía 3 años de edad y estaba haciéndolo en el patio de mi casa, armando un monólogo en mi cabeza y pensando que podía hacer eso para toda mi vida (risas). Ese es el recuerdo más importante que tengo, porque es el primero.

Se sabe que te une una gran amistad con Salma Hayek. ¿Cómo se dio?

La conocí cuando aún vivía en Argentina. Había ido al Festival de San Sebastián y ahí nos encontramos. Luego nos contactamos cuando me fui a vivir a Los Angeles, pues ella ya vivía allá. Posteriormente hicimos una película juntas llamada Timecode y ahí fue donde nos hicimos muy amigas. Salma es una persona a la que adoro y admiro mucho, a la que le confío mis más grandes secretos, mis alegrías y mis peores momentos también. Para mí es una especie de familiar en Los Angeles.

Supongamos que se hace una película sobre de tu vida, ¿qué actriz te gustaría que interpretara tu personaje?

Hay una actriz del cine mudo americano llamada Louise Brooks que hizo una de mis películas favoritas, está basada en una obra de teatro que hice en Argentina, y siempre admiré mucho su carrera y su personalidad. Te iba a decir que no sé si me gustaría que se hiciera una película sobre mi vida, pero hay muchas cosas interesantes que decir de mi parte oculta (risas).

Hablando de cosas ocultas, ¿cuál es tu talento secreto?

Cocino muy bien. Aprendí por mi cuenta. ¿Mi especialidad? Hay muchas, pues preparo cosas muy diferentes.

No solo tienes formación de actriz, sino también de cantante, y de hecho estás por lanzar tu primer disco.

Voy a lanzar un EP (extended play) a fines de este año. Estoy muy emocionada, son las canciones que grabé en Islandia con la persona que ha producido a Björk y a Feist. También voy a lanzar el video. La música es algo muy importante para mí, algo que adoro interpretar. De hecho, una de las cosas que más me gusta es cantar en vivo, así que con este disco estamos armando una gira por la costa oeste de Estados Unidos. Ya no puedo esperar.

¿Qué tipo de música cantas?

Es única: una mezcla de folk y música alternativa con un toque islándico y argentino. Te aseguro que es bastante diferente a lo que se hace hoy día.

Suponiendo que no pudieras actuar ni cantar, ¿a qué te gustaría dedicarte?

Me gustaría bucear profesionalmente.

¿Qué sigue en tu carrera?

Tengo el lanzamiento de The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 2 y de la otra cinta que te comentaba: Some Girl(s). También voy a filmar unos proyectos en Argentina; estoy muy feliz de estar en mi país y de poder pasar más tiempo con mi familia.



Fuente vanidades Via DiarioTwilight

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