Llegó el final a la saga de Crepúsculo y Taylor Lautner (20), el fiel hombre lobo de la historia de vampiros, todavía no logra desprenderse del personaje que le cambió la vida. Ya ha terminado de promocionar por el mundo la exitosa Amanecer Parte 2.
“Me da mucha tristeza decirle adiós a algo que significó tanto para
mí en estos últimos cinco años, y también dejar de ver a mis amigos. Me
cuesta entender que no voy a tener la excusa para estar todos los días
compartiendo experiencias con Kristen (Stewart) y Robert (Pattinson).
Pero al mismo estoy entusiasmado de poder dar vuelta la última página
del libro. Está todo mezclado. Recién voy a caer en un par de meses”, le dice Lautner a Clarín en
un hotel de Los Angeles, la ciudad que es su hogar desde que cumplió
10 años y sus padres decidieron mudarse desde Michigan para regalarle
la oportunidad de convertirse en actor.
Tenía 15 años cuando se presentó al casting de la primera Crepúsculo ,
una película basada en la imaginación de un ama de casa estadounidense,
Stephanie Meyer, que supo enhebrar muy bien el triángulo romántico
entre una chica tímida, un vampiro de 108 años. Mientras que Pattinson y
Stewart fueron elegidos rápidamente para el rol de Edward Cullen y
Bella Swan, Lautner recuerda que él no lograba convencer a la
producción de que podría transformarse más adelante en el musculoso
Jacob Black. “Era más bien delgado por entonces y me puse a hacer
pesas y a seguir una dieta de pollo hervido hasta que logré construir
una importante masa muscular que los convenciera. No me arrepiento,
aunque ahora, terminada de filmar mi última escena, lo primero que hice
fue cenar postre, sólo dulces. Ya habrá tiempo de volver a cuidarme”.
Esa última escena fue una en la que debe quedar semidesnudo ante un
humano para demostrarle cómo se transforma en lobo. Dice que le dio un
poco de vergüenza, que además Robert lo gasta con sus bromas,
especialmente sobre el final de la historia, cuando se supo que Jacob… “A Rob le divierte mucho esa vuelta de tuerca y sé que estoy condenado a que me lo refriegue en la cara de por vida”. Con Kristen no hay problema, Taylor y ella se han hecho muy buenos amigos. “Ella
se ha vuelto mi confidente, tiene la paciencia como para escucharme
con atención, y me defiende en la vida real como hace mi personaje con
el suyo en la ficción”.
En el fondo, no deja de ser un adolescente forzado a quemar etapas. Se
ha perdido de construir recuerdos que otros chicos de su edad atesoran,
pero no quiere quejarse, porque sabe que ha ganado una experiencia
mayúscula. “Entre las cosas que perdí y me da un poco de tristeza
está la fiesta de graduación de mi secundario, pero estoy seguro de que
voy a poder tener una en alguna próxima película”, imagina, algo que sólo un actor de Hollywood puede llegar a planear.
De lo que dice estar más que seguro es de no querer volver a sacarse la
remera y tener que mostrar su pecho en sus próximas películas, “salvo
que el guión sea muy bueno y lo demande, nada de que mi personaje tenga
que entrar a un patio del colegio y porque tiene calor se saca la
ropa. Cuando me mandan guiones y leo cosas como ésas, enseguida tacho
ese párrafo y descarto la idea”. Taylor sabe que cumplir esa premisa no
va a ser tan fácil, el público de Amanecer Parte 2 (y todas las anteriores)
sabe que las chicas gritan más que de costumbre cuando Jacob se queda
en cueros, mostrando su pecho musculoso y lampiño. Atlético, alto, de
mirada afable de ojos oscuros, elegante al vestir, Lautner se ha
transformado en un galán clásico. Los que creen que puede ser el nuevo
Tom Cruise comparan las múltiples similitudes entre ambos. “Me encantaría tener una carrera como la de Tom”, acuerda él.
Sobre la mitad de la saga, cuando todavía Bella no se había inclinado
definitivamente por Edward, su público se dividió en equipos: el team Edward y el team Jacob.
El joven actor, que nunca antes se había encontrado con un alud de
fanáticas, descubrió que en todo el mundo el amor de sus seguidoras es
incondicional. “Si mis fans se largan a llorar, me da tristeza y
trato de calmarlas, les tomo la mano y suele ser peor, empiezan a
llorar histéricamente, eso es algo que nunca aprendí a manejar”,
confiesa. Y dice que el acto de amor más bizarro que recuerda ocurrió
en Australia, cuando una de las chicas que lo esperaba pacientemente en
la puerta de su hotel convirtió en tatuaje permanente un autógrafo
grande que le había firmado en el brazo el día anterior. “Me sorprendió y me pareció una locura que se fuera a quedar con mi firma en ese brazo por el resto de su vida”.
Las chicas lo aman, pero él se mantiene muy reservado acerca de su vida
afectiva. Fue novio, brevemente, de las cantantes Selena Gomez y
Taylor Swift (su coprotagonista en la película Día de los enamorados )
y también se lo relacionó con la dulce Lily Collins, hija del
cantante, con quien compartió su primer protagónico de acción
en Identidad secreta . Ahora se lo ha fotografiado con una porrista de
un equipo de fútbol, con quien ha tenido un romance años atrás.
Asediado por sus fans y la prensa teen, se vuelve tímido a la hora de
abrir su corazón. “Esa es una de las cosas que menos me gustan de la
profesión, cuando vienen esas preguntas privadas. Entiendo que mis
fans quieren saberlo todo de mí, y trato de contentarlos, pero necesito
tener mi propio espacio personal”.
Fuente: Clarin vía DTwilight
via: Todotwilightsaga
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