En estos días, Mía Maestro es una vampira “vegetariana’’ que no bebe sangre humana sino animal. La actriz argentina rueda en Vancouver y Baton Rouge la cuarta y quinta entregas de la serie Twilight, inspirada en los libros de la escritora norteamericana Stephenie Meyer.
“Somos unos vampiros bastante particulares porque no tenemos dientes’’, comenta Maestro, que no quiere dar detalles sobre su personaje, Carmen, ni sobre los filmes The Twilight Saga: Breaking Dawn I y II, que quizás alcancen una gran audiencia como las entregas anteriores.
“Los resultados de ciertas películas son bastante impredecibles. A medida que uno avanza en su carrera, va aprendiendo que lo más importante es aprovechar el momento que está viviendo’’, responde la actriz en entrevista telefónica desde Seattle a propósito de la presentación, el domingo en el Regal Cinema de La Playa, del filme Agua y sal, el que más recientemente ha rodado en su país.
Para Maestro, el Festival Internacional de Cine de Miami (MIFF), evento en el que se proyecta Agua y sal, tiene un significado especial. Hace 12 años el MIFF presentó su primera película, Tango, dirigida por Carlos Saura. “Tengo unos recuerdos bellísimos del Festival y me encantaría estar allí’’, expresa la actriz justificándose porque sus compromisos profesionales no le permiten asistir.
“ Agua y sal es como un díptico que cuenta la historia de dos hombres que podrían ser el mismo’’, comenta Maestro, informando que el espectador no sabe si se trata de historias paralelas o de alguien con doble personalidad.
“Es un homenaje al Otro borgiano’’, señala Maestro, cuyo personaje, Micaela, es la esposa de un empresario, interpretado por el dramaturgo y teatrista argentino Rafael Spregelburg, autor entre otras obras de Destino de dos cosas o de tres.
“El es un actor maravilloso, que se ha hecho mi amigo’’, comenta la actriz, quien se sintió atraída hacia el proyecto dirigido por Alejo Taube por “el porcentaje de rareza’’ de Micaela. “Quería investigar, y Rafa es el artista ideal para hacerlo’’, expresa, resaltando la suerte de colaborar con Spregelburg o con Bill Condon, director The Twilight Saga: Breaking Dawn I y II.
“Condon es muy simple en sus direcciones y muy cálido, algo necesario en un set tan grande como el que estamos trabajando’’, comenta Maestro, que reside desde hace 10 años en Los Angeles y se siente “muy cómoda’’ rodando en inglés.
“Uno se convierte en un actor maduro cuando actúa de manera más simple’’, apunta, indicando que el rol de vampira tiene un carácter bidimensional.
“En muchas escenas sólo es necesaria nuestra presencia. No estamos haciendo Shakespeare y estamos conscientes de eso’’, reconoce Maestro, que tenía en planes un papel en Castro’s Daughter, versión cinematográfica del libro de Alina Fernández Revuelta.
“Por ahora el proyecto está detenido’’, dice Maestro, que se lanzará como cantautora con un disco que graba en Islandia.
“Es un folk alternativo’’, expresa. “He cantado toda la vida, en el cine, en el teatro y en musicales’’, señala como quien no se estrena en la vocación.•
via: the ampire club
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