Los Ángeles (EEUU), 29 jun (EFE).- Año y medio después del estreno de "Twilight", la locura en torno al protagonista de la saga, Robert Pattinson, se ha rebajado hasta lograr una atmósfera respirable, aunque ahora repunte con el estreno mundial de "Eclipse", la tercera entrega.
A sus 24 años este londinense es consciente de su condición de ídolo de masas y rompecorazones entre el sector adolescente, aunque en las distancias cortas se distinga por su sencillez, educación y facilidad en el trato, virtudes que no siempre acompañan a las grandes estrellas del cine.
"La gente, gracias al contacto con la prensa, me va conociendo y me va viendo y tratando como una persona normal y corriente", dijo el "vampiro" joven más famoso del mundo, Edward Cullen, durante un encuentro con un grupo reducido de medios, entre ellos Efe.
Pero lograrlo no ha sido fácil. Pattinson recuerda el "fenómeno fan" de las novelas de Stephenie Meyer como algo exagerado, especialmente cuando se estrenó la primera parte de la saga cinematográfica, dirigida por Catherine Hardwicke, en noviembre de 2008.
"Las gente se volvía loca. Todos me llamaban Edward. Se veía en sus ojos que me miraban como lo hace el personaje. Eso me asustó un poco. Pero por suerte las cosas han cambiado. Me resulta todo más fácil ahora y lo disfruto más. Lo de antes era un delirio", manifestó el británico.
Un año después llegó la segunda parte, "New Moon", de Chris Weitz. Entre ambas películas recaudaron más de 1.100 millones de dólares en la taquilla de todo el mundo. Pero el dinero no lo es todo para el actor.
"Hacer una película sólo por el dinero es algo sin sentido", manifestó el intérprete, que en estos años no ha dudado en embarcarse en cintas independientes como "Little Ashes", donde dio vida al pintor español Salvador Dalí.
Y seguirá haciendo trabajos similares, puesto que se encuentra más cómodo en filmes donde el peso del proyecto no recaiga exclusivamente sobre sus hombros. Es el caso de "Water for Elephants", con Reese Witherspoon y Christoph Waltz.
"Ahora estoy en una fase inicial de mi carrera y prefiero papeles secundarios, que tengan sentido para mí. Es algo excitante", admitió. "Trabajar con esos actores, que son mucho más grandes que yo y ya atraen de por sí a una audiencia segura, es genial. Lo prefiero así y me resulta más fácil", añadió.
Pero por ahora toda su atención recae sobre "Eclipse", dirigida por David Slade.
La cinta versa sobre la historia de amor entre Edward y Bella (Kristen Stewart) y acerca de cómo conviven frente a la amenaza de un ejército de sanguinarios vampiros neófitos y la alianza entre los lobos del clan Quileute y los vampiros de la familia Cullen.
"Hasta ahora Edward sólo tenía el problema de tomar la decisión correcta respecto a la chica. Ahora que se ha comprometido con ella, esto le abre las puertas a un espectro enorme de emociones. Se vuelve más humano y es más divertido y complejo de interpretar", declaró Pattinson.
El actor volverá a dar vida a este personaje en las dos cintas en las que se dividirá "Breaking Dawn".
"Cuantas más veces interpretas un papel, más miedo tienes de repetirte y de que se convierta en algo aburrido", reconoció. "Hay que seguir descubriendo cosas nuevas en el material, y para un personaje que no envejece ni cambia físicamente, es bastante difícil", agregó Pattinson, un rostro habitual en la prensa del corazón.
Los rumores sobre la supuesta relación que mantiene con Stewart son el gran detonante. "Cualquier cosa que diga es objeto del sensacionalismo y lo usan como titulares sin sentido", analizó.
Sin embargo, Pattinson apuesta por mantener una vida normal, dentro de los límites que la fama obliga. "Puedo pasear sin ser reconocido, a no ser que busque un subidón de ego", apuntó el que pasa por ser el nuevo James Dean para una nueva generación.
"Supongo que es porque tenemos el pelo similar", dijo entre risas. "Me lo tomo como un halago, pero nadie es el nuevo nadie. La industria ha cambiado mucho y ya no hay grandes estrellas. Es imposible que las haya", concluyó el actor que se ve a sí mismo como alguien "de lo más sencillo".
"No gasto mucho dinero. Comprar coches con mi sueldo lo veo ridículo. Tampoco me gusta comprar ropa; de hecho no me importa vestir la misma cada día. Pero sí me gustan las guitarras antiguas. He comprado dos realmente bonitas", concluyó.
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