24 enero 2010

Crítica de Welcome to the Rileys


En su segundo largometraje, Welcome to the Rileys, el director de vídeos musicales y comercial Jake Scott, toma el tema más trivial (si no el más completamente roto), el de la historia de una prostituta y el hombre que quiere salvarla. Oh, hay un giro en esta historia, pero esta historia nunca va a trabajar en un nivel realista.


Scott consigue buenas actuaciones del trío: James Gandolfini, Melissa Leo y Kristen Stewart.

A pesar de su selección en el Festival de Sundance, en la categoría de Drama, dónde uno espera obras frenéticas y experimentales, la película se siente pasada de moda y un poco alejada del cine indie contemporáneo. La actriz de la saga de Twilight, Kristen Stewart, atrae a un público curioso (y ciertamente satisface esa curiosidad) pero uno no puede aun anticipar mucho trabajo teatral. La película tendrá mejor acogida en DVD.

Doug Leo y Lois Riley son como una pareja del viejo Oeste a la deriva por la vida desde la muerte de su hija adolescente. El mantiene un negocio de suministros de fontanería y pasa sus semanas con juegos de cartas y un romance con una camarera complaciente. Por su parte, Lois tiene agorafobia, por lo que nunca sale de su casa.

En una convención en Nueva Orleans
, Doug se encuentra con una stripper adolescente (Stewart). Sin saber exactamente por qué, se convierte en inquilino de su pequeña casa de ratas y se pone a adecentar el lugar, consiguiendo ropa de cama adecuada y trabajando sutilmente en rehabilitarla. Por supuesto, el público sabe por qué ha "adoptado" a una adolescente de la misma edad que su hija muerta.

Cuando el marido se niega a volver a casa sin dar explicaciones, Lois se arma de valor y derrota a sus demonios mentales hasta tal punto que es capaz de salir a la calle, coger el coche, y poner rumbo hacia Nueva Orleans. Allí se enfrenta a la difícil situación de su marido y una no-puta siempre agradecida. Ella toma el mando de la situación enseguida e incluso toma el papel de madre con desastrosos resultados.

Todo es demasiado obvio y al mismo tiempo inverosímil, pero el guión de Ken Hixon sirve como punto de partida para buenas interpretaciones. Galdofini desempeña la miseria total y la convicción optimista. Su intento de rehabilitación de Mallory tiene un patetismo dulce que casi consigue barrer los tópicos.

Sobre Stewart. Mallory es una persona de poco auto-valor que está decidida a perder lo poco que tiene. Apenas puede relacionarse con los adultos, a no ser que sea con sexo, o más exactamente, según su disponibilidad sexual. La ira y odio hacia sí misma impulsa su cuerpo a pasar los días.

Leo, la mujer afligida, ya casi tiene un pie en la tumba, tanto que ha encargado lápidas para ella y Doug. Pero cuando Doug se va a Nueva Orleans, ella supera sus temores, lo cual necesita para alejar el sentimeinto de culpa que siente por la muerte de su hija.

La música del score y el punto de jazz dan un poco de glamour en Nueva Orleans, y es una ventaja importante. Sin embargo la película nunca supera la trivialidad de su premisa.

Fuente | twilightersfans-Traducción via:todotwilightsaga

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